En el seminario ‘Ética de los sistemas y de los equipos inteligentes’ organizado por el Instituto Federal de Telecomunicaciones, los panelistas detallan cómo los dispositivos son sólo un medio de conexión.
Un usuario tecnológico que facilita sus datos en diferentes dispositivos inteligentes para estar conectado a redes sociales, correos electrónicos y aplicaciones, debe tener el criterio para discernir sobre con quién comparte su información personal, un escenario que plantea por tanto que la ética en el uso de datos está en las personas y no en los equipos.
Éste fue el punto de partida del foro ‘Ética de los sistemas y de los equipos inteligentes’ organizado por el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), en el que los diferentes aspectos éticos que imperan en la relación entre sistemas basados en inteligencia artificial y los usuarios de tecnología.
El instituto augura que en los próximos dos años habrá cerca de dos millones de robots industriales a nivel mundial, en tanto que el Internet de las Cosas (IoT), es decir, la industria de los objetos conectados tendrá un valor de hasta 11 mil millones de dólares, un panorama que refleja el acelerado incremento de datos.
Para Carmen Enedina Rodríguez Armenta, coordinadora general administrativa de la Universidad de Guadalajara, los sistemas y dispositivos inteligentes no son éticos, sino simplemente un medio.
“Somos los humanos los que hacemos del uso de un artefacto y quienes le damos un uso ético o no; y es por tanto que la implementación de este elemento de ética debe ser para los humanos y no para los sistemas como tal, pues los datos son de los usuarios y un dato personal concierne a una persona física”, comentó.
Sergio Carrera Riva Palacio, director ejecutivo de INFOTEC-Centro de Investigación e Innovación en TIC, aseguró la dado que tecnología va más rápido que la ley, es necesario abordar algunos vértices para entender la relación entre ética y dispositivos inteligentes.
En ese sentido, apuntó que lo más importante es generar en la sociedad una cultura digital que aprenda a autorregular la aportación de datos y el uso de dispositivos para desarrollar una ética, respaldada por una efectividad en la aplicación de la ley que dé seguridad y así, que pueda permitir la innovación.
Por su parte Javier Juárez Mojica, comisionado del IFT, sugirió que más allá de la ley vigente que protege los datos de los usuarios, son ellos quienes deben decidir el uso de sus datos personales, incluso para tomar decisiones.
“Lo tenemos que ver es más bien qué retos implican las nuevas tecnologías. Por ejemplo un refrigerador conectado. El futuro viene, estamos llegando, tenemos cierta regulación y lo que nos falte es ser proactivos”, aseguró.
Al ser cuestionado sobre la necesidad de un marco regulatorio que aplique a fabricantes o desarrolladores de software que requieran datos personales, aseguró que el no contar con un marco regulatorio implique que se tenga que prohibir el acceso a datos personales.
“Más bien debemos estar atentos con todas las partes interesadas para ver a qué direcciones nos movemos”, concluyó.