El principal reto de la industria de telecomunicaciones es convertirse en la plataforma para incrementar la productividad y la competitividad, con una agenda hacia la economía digital, que potencie a los otros sectores productivos y a la economía de Costa Rica.
“No lo hemos hecho bien en competitividad y productividad en América Latina y también en Costa Rica. Se debe cambiar la velocidad del cambio”, dijo Pablo Bello, director ejecutivo de la Asociación Interamericana de Empresas de Telecomunicaciones (Asiet).
Bello participó en el foro “Costa Rica: retos de la industria de telecomunicaciones 2018-2022”, realizado este 9 de noviembre en el Hotel Marriot por la Cámara de Infocomunicaciones y Tecnología (Infocom) y la Cámara de Comercio Costa Rica – EE,UU. (Amcham).
En la actividad el sector enumeró también los desafíos que se enfrentan en el campo de infraestructura, regulación, política pública y hasta en la coordinación de las instituciones y de los sectores de telecomunicaciones para cumplir ese cometido hacia una economía digitalizada.
“No entendemos porqué no se logran unificar criterios”, dijo Oscar Barahona, presidente de Infocom.
Para superar el rezago en productividad y competitividad los sectores productivos y la instituciones deben aprovechar las tecnologías de información y comunicación (TIC), dadas las limitaciones en investigación y desarrollo y en capital de riesgo.
En la región se ha avanzado en tecnología de consumo, aunque se mantiene la brecha digital (en Costa Rica una de cada tres personas no tiene acceso a las tecnologías y en la región es el 50%).
Donde hay mayor rezago es en el ámbito productivo.
Bello destacó los avances de Costa Rica en acceso, Internet móvil, declaración de la competencia en varios mercados de telecomunicaciones, incluyendo en telefonía móvil, y en la licitación de los 70 MHz de frecuencias para celulares.
Las debilidades, señaló, se concentran en el rezago en la velocidad de Internet.
Una clave para enfrentar los dos problemas en productividad, competitividad y en banda ancha es atender las necesidades en infraestructura para las telecomunicaciones.
“A partir de ahí se entra a definir los detalles de costos y se reestructura la agenda pública y privada en el plano digital”, dijo Bello.
El principal escollo en infraestructura, a su vez, es la comprensión de este tema en el Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) y en las municipalidades.
Entre las situaciones que se presentan están la negativa o atraso para aprobar la instalación de torres y radiobases de telefonía móvil, ausencia de ductos en carreteras y la sobrecarga de la postería, y que en arreglos y construcción de vías se contemplen las necesidades de redes de telecomunicaciones, entre otros.
Los obstáculos afectan incluso los proyectos del Fondo Nacional de Telecomunicaciones (Fonatel). “En última instancia lo que se quiere es tener más gente conectada y más posibilidades de digitalización de la producción”, dijo Maryleana Méndez, exdirectora de la Superintendencia de Telecomunicaciones (Sutel).
Norman Chaves, de la comisión de infraestructura de Infocom y gerente de relaciones corporativas de Tigo, indicó que en gran medida, el que 34% de población de Costa Rica no use Internet, se debe a los problemas de infraestructura.
La tarea es compleja, debido a la gran cantidad de instituciones públicas involucradas.
Edwin Estrada, viceministro de Telecomunicaciones, dijo que se está trabajando en más de 20 documentos y con diferentes instituciones para involucrarlas en la atención de las necesidades de infraestructura.
“Hay que crear las condiciones para que los operadores puedan desarrollarse”, recalcó el funcionario.