México ocupa el último sitio en acceso a banda ancha fija y empresas con internet entre los países de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE).
El Panorama de Economía Digital 2017 del organismo internacional menciona que en cuanto al uso general de internet, el 97% o más de la población utilizó el servicio en 2016 en Dinamarca, Islandia, Japón, Luxemburgo y Noruega, mientras que el 60% o menos lo hicieron en México y Turquía.
El año pasado, 95% de las firmas de países de la OCDE tenían internet de alta velocidad, mientras que en 2010 era de 86% donde México, Letonia y Polonia presentaron los mayores incrementos.
“Sin embargo, hay grandes diferencias entre las grandes y las pequeñas empresas, especialmente en México, Grecia, Polonia y Turquía”.
Así es como Mark Zuckerberg se cuida de los hackers
Hace un tiempo se difundió una imagen de Zuckerberg donde se veía, de fondo, que su computadora tenía la cámara y el micrófonos tapados con una cinta adhesiva. Una medida de precaución para evitar ser oído y grabado por posibles hackers.
¿Cómo protegerse?
Para poder responder esta pregunta primero hay que entender un poco mejor a qué riesgos se exponen los usuarios, por ejemplo, al bajarse una aplicación.
Es frecuente ver que al descargar una app, se pidan ciertos permisos que varían según el tipo de servicio que ofrezca el programa.
La mayoría de las redes sociales más populares, por ejemplo, solicitan acceso al micrófono, la cámara y las fotos del dispositivo porque esto es necesario para poder publicar imágenes o crear videos dentro del sistema.
Habilitar estos permisos implica dejar abierta una ventana que bien puede ser vulnerada.
¿Entonces no hay que usar ninguna de esas apps? Eso quedará en el usuario. Como primera medida, antes de descargar un programa uno tiene que evaluar si es de una fuente fiable, qué evaluaciones tiene de los usuarios, etc.
Con las computadoras
En el caso de las computadoras, la precaución tampoco está demás. Existen dos tipos de webcams: las que están conectadas a la web y las que están integradas al equipo.
En el primer caso, se trata de cámaras que se conectan a la web por medio de una dirección IP y, tal como se mencionó anteriormente, suelen tener contraseñas que no son muy seguras. Como primera medida, hay que acceder a la configuración y establecer una clave robusta.
En el caso de las cámaras integradas, el mayor riesgo es que sean hackeadas por medio de un malware que el usuario podría descargar sin querer al bajar un archivo o presionar en un link malicioso.
Y aún cuando no se haga nada de esto, es posible que el celular tenga instalado algún sistema de seguimiento.
La mejor precaución, como se mencionó en el caso de las aplicaciones, es tener instalada la última versión de los programas, evitar descargar archivos o hacer click en links sospechosos y tener un antivirus actualizado.
Y, por qué no, tapar la cámara y el micrófono con una cinta adhesiva. No es nada difícil de implementar y añade una capa de seguridad extra.
Con información de El Universal
Medio: Debate