Network Slicing Summit 2017 – 5G traerá al mercado de telecomunicaciones una serie de mejoras —eficiencia de espectro, menor latencia, MIMO, beanforming—, sin embargo, hay una que aparece como la clave que va a revolucionar el negocio: network slicing, un concepto que pretende rebanar la red en múltiples redes, cada una que atienda diferentes requerimientos. “No haremos slicing porque queremos rebanar la red sino porque queremos hacer negocios”, indicó Volker Held, gerente de Desarrollo de Mercado 5G en Nokia durante su presentación en el Network Slicing Summit 2017, el primer evento virtual y global producido por TeleSemana en colaboración con Global Suppliers Association (GSA) y Teleco. “Estamos moviéndonos de un modelo best effort a uno de soluciones especializadas”, apuntó.
“Las motivaciones para rebanar la red van desde la posibilidad de administrar riesgos dentro de la red, disponibilizar de manera selectiva los recursos hasta poder garantizar servicios a través de acuerdos de SLA”, subrayó David Aders, gerente General, Desarrollo e Innovación, Ingeniería de Redes Móviles de Telstra, el operador australiano que ya está invirtiendo en fases previas de network slicing con soluciones para Internet de las Cosas (con NB-IoT) y redes privadas empresariales (VPN).
La pregunta que aparece en las sombras es cuántas rebanadas deberá tener una red. Y la respuesta es la más odiada: depende. Todo dependerá de cómo quiera trabajar el negocio cada operador. “¿Por dónde empezar? Y bueno, la pregunta que yo me hago es, ¿dónde está el producto de valor?”, se pregunta Peter Jarich, Chief Analyst, Consumer and Infrastructure en la consultora Global Data.
Cada rebanada de la red será, finalmente, un producto, y estará en manos del operador decidir si realizará redes estandarizadas y segmentadas por vertical o una red para cada cliente particular. Michele Zarri, director Técnico de GSMA, indicó que la organización ya está trabajando en la estandarización de ciertos slices, con requerimientos específicos para una gran cantidad de casos de uso, con el objetivo de que, a partir de allí, los operadores puedan crecer en su propuesta. “Esto permite simplificar el punto de inicio”, advirtió.
Las ventajas y oportunidades de esta tecnología son múltiples, pero así también lo son sus desafíos. En primer lugar, los oradores del evento coincidieron que para que network slicing sea exitoso debe estar, por un lado, basado en cloud —con la implementación de tecnologías de NFV y SDN— y, en lo posible, de extremo a extremo. “Network Slicing solo sirve si se incluyen todos los dominios de la red”, remarcó Held.
En este sentido, cobra vital importancia la automatización y la orquestación, que deberán ser necesarias para administrar toda la complejidad que significa tener múltiples redes dentro de una única infraestructura.
Otros desafíos no son tecnológicos. Uno de los mayores desafíos que tienen los operadores con la 5G es que los verticales entiendan cómo pueden beneficiarse de la nueva generación de tecnología móvil. Para ello, proveedores como Huawei, afirmaron estar trabajando a través de alianzas en crear la demanda para servicios 5G. “La 5G Automotive Alliance es el primer paso concreto en la colaboración entre industrias”, señaló Daisy Zhu, 5G CMO en Huawei. Según Michele Zarri, con network slicing los operadores podrán crear una situación de “ganador-ganador”, en la que los verticales se beneficien de tener redes adaptadas a sus necesidades y los operadores puedan crear nuevos modelos de negocio más allá de la provisión de servicios de banda ancha.
Zarri trajo a la discusión la necesidad de revisar la regulación en temas de neutralidad de la red o protección de datos personales, ya que podría afectar el éxito o no del network slicing. “Nosotros creemos que no tiene un efecto negativo, pero creemos que es necesario estudiar el tema para asegurarle a los reguladores que no está rompiendo la neutralidad de la red”, señaló Zarri. Otra área a revisar son las obligaciones legales de los operadores cuando se transfieren los slices a terceros.
Un último desafío, pero no menos importante, es cultural —aunque también tecnológico—. “Hay que ver qué tan cómodos nos sentimos garantizando calidad cuando en un ambiente inalámbrico hay casos en los que no podemos tener el control”, destacó Jarich. La pregunta que queda hacerse, entonces es, ¿estamos realmente saliendo de un modelo best effort?