Brasil pudiera terminar el viernes la semana que recién empieza con la buena nueva de que hay quien se interesa por inyectar capital al atribulado Oi, el cuarto operador móvil del mercado brasileño, que ese día conocerá los resultados de una reunión clave sobre el futuro inmediato de su proceso de reestructura financiera y que en definitiva lo pondrá más lejos o más cerca de la bancarrota y de la intervención del Estado.
El resultado del viernes 10 de noviembre es la señal que China Telecom espera para terminar de animarse a invertir hasta 6,000 millones de dólares en una compañía que tiene un tercio del mercado brasileño de la telefonía fija, 42 millones de usuarios en el negocio móvil, otro tercio de los servicios de banda ancha del país y una cuota menor en TV de paga, más espectro de cobertura nacional en las bandas de capacidad de los 2.5 GHz, pero también una abultada deuda que, según el tipo de cambio, ronda los 20,000 millones de dólares.
Para Oi el interés de China Telecom significa la segunda oportunidad de volver con fuerza a un mercado disputado por Vivo de la española Telefónica, la triada Claro-Net-Embratel de la mexicana América Móvil y por TIM, de la latina Telecom Italia, tras las ofertas de inyección de liquidez que conoció de inversores rusos a finales del 2015, pero que no llegaron a concretarse.
Para China Telecom, la emproblemada Oi supone su segundo intento por desembarcar de una buena vez al estratégico sector de las telecomunicaciones de América Latina y convertirse en el nuevo jugador de la región a través de Brasil, luego de su malogrado intento por quedarse con el contrato de la Red Compartida de México, con lo que de lleno pudo haberse adelantado a sus coterráneas China Mobile y China Unicom, que igual ya abrieron o están por abrir oficinas en Brasil.
El fondo de inversión TPG Capital Management LP, con sedes en Londres y San Francisco, y China Telecom ya se acercaron desde semanas atrás a Oi para explorar la posibilidad de hacerse con una participación mayoritaria de la compañía tras conocerse las nuevas definiciones que arroje el citado proceso de reestructura, uno que ya sobrepasa los 17 meses de duración.
De cristalizarse las intenciones de las compañías interesadas en Oi, el fondo de inversión TPG se convertiría en el socio mayoritario y China Telecom se haría con una participación menor, aunque aportaría su know-how como operador en la industria de las telecomunicaciones, pues tiene cerca del 65% de la telefonía fija y opera el más del 75% de la fibra óptica instalada en su propio país.
Y por ello es que China Telecom estaría en capacidad de ampliar la red de fibra óptica de Oi en los más de 2,000 municipios de Brasil donde ésta tiene alcance con sus concesiones, según recogen la agencia Reuters y el diario brasileño Folha de Sao Paulo.
“Este es un sector estratégico, de mucho interés; cualquier empresa que se interese en crecer en América Latina debe estar mirando a Oi; aún con sus problemas, tiene buena participación en los distintos segmentos, importantes activos de espectro e infraestructura”, platica Leticia Pautasio, editora en el portal especializado en telecomunicaciones Telesemana. “Brasil no necesariamente va a ser la puerta de entrada de Latinoamérica; es como México, allí llegó AT&T y no quiere decir que se desbordará en toda la región; entonces Brasil es un mercado muy propio, enorme y con mucho movimiento, pero donde China Telecom sí puede hallar las oportunidades que andaba buscando”.
China Telecom lleva tiempo queriendo desembarcar en América Latina, como ya lo han hecho otras empresas de distintos sectores, principalmente las relacionados con los commodities y gracias a la década dorada que vivió Suramérica con la exportación de materias primas hacia China, que terminaron por apuntalar a muchas de las economías de la región y con gobiernos amistosos con el régimen de Pekín.
La telefónica intentó a comienzos del 2015 hacerse con una oportunidad que la llevara a operar la Red Compartida de servicios móviles mayoristas de México vía el espectro de los 700 MHz, pero sus sueños no pudieron hacerse realidad por recelos de distintos actores de la industria local y sus cabilderos; incluso, en esos días se llegó a decir que su presencia significaría un dilema de geopolítica para los mexicanos en su relación con Estados Unidos por ser aquella una empresa con participación del gobierno chino en su capital social.
China Telecom innova en tecnología, tiene conocimiento sobre cómo atender al usuario y operar redes y también tiene dinero como para salir de compras y embolsarse a Oi. China, a través de sus compañías, invirtió cerca de 170,000 millones de dólares en activos extranjeros durante el 2016. Y para después de este año las obras de infraestructura que la conecten con Europa, identificados como el proyecto de la “nueva ruta de la seda”, y las inversiones en telecomunicaciones y tecnología, son prioridad para China.
Más aun, sobre esta empresa no pesa la advertencia de Pekín de no llevar divisas fuera de China, como sí lo tienen notificado compañías de los sectores inmobiliarios o de entretenimiento, una medida con la que el gobierno chino quiere atajarse de posibles riesgos financieros externos que golpeen a su economía o que la misma salida de capitales termine por debilitar a su moneda, el yuan.
Para la primera mitad del 2017, China Telecom tuvo ingresos operativos por 26,653 millones de dólares, 4.1% más que un año antes y adicionó 14.8 millones de usuarios más que en la primera mitad del 2016. Como ilustración y salvando las asimetrías entre los mercados brasileño y chino, Oi ingresó 3,620 millones de dólares en el primer semestre del 2017 y su cuota de usuarios, entre todos los segmentos que brinda servicios, cayó 8.6%, hasta quedarse con 83.2 millones de unidades generadoras de ingresos atendidas o UGIs.
Por todo ello a Oi le interesa que el viernes 10 de noviembre sus acreedores definan en asamblea el plan de reestructuración por 65,000 millones de reales, 20,000 millones de dólares, y el resultado de esa reunión no sólo perfilará el futuro de la compañía; igualmente tendrá repercusiones al resto del mercado.
China Telecom tiene más de una oportunidad para hacerse con el control de Oi y cualquier acción que decida trascenderá en los planes del resto de los competidores.
Independientemente de si en el futuro una eventual Oi controlada por China Telecom llegara a fusionarse con TIM, frustrando entonces las ganas que por años ha tenido Telefónica por comprar a la filial brasileña de Telecom Italia, es un hecho que Telefónica tampoco cuenta con la suficiente liquidez como para hacer una oferta por Oi, o en su defecto por TIM; su hinchada deuda neta de 47,222 millones de euros de se lo impide.
China Telecom entraría también a competir al país donde Telefónica tiene a su mercado más importante fuera de España, en Brasil con Vivo, y ocurriría además que Telefónica estaría compitiendo en la misma tierra contra una empresa de cuyo país no pudo hacer el mejor de los negocios desde que en 2009 se alió con China Unicom en una joint venture.
América Móvil a su vez ha dicho tener poco interés en Oi, en tanto su situación financiera siga estando tan complicada y en caso de realizar algún tipo de oferta por Oi, ésta sería revisada con lupa por el regulador Anatel, a fin de evitar vulneraciones a la competencia en los mercados por ser AMX el segundo jugador del mercado móvil local y con importantes participaciones en resto de los segmentos.
Millicom pudiera ser el otro operador con conocimiento de los mercados latinoamericanos en tener interés por Oi, pero no se ha pronunciado formalmente por esa compañía.
China Telecom, por otro lado, tendría como pendiente aportar opiniones sobre cómo el gobierno de Michel Temer puede mejorar, con el proyecto PLC79, el escenario que por estos días ya no obligaría a las empresas a revertir ciertos activos al Estado brasileño e invertir en sectores que han dejado de ser estratégico, como la telefonía pública, a cambio de que sí lleven más conectividad de banda ancha a las zonas aún desconectadas de Brasil y que afecta más a Oi y a Vivo.
“Estamos hablando de una empresa de talla muy grande y que puede hacerse que se haga realidad que se convierta en un nuevo operador, si se cumplen las noticias de que viene acompañada con un fondo de inversión y esperan a los resultados del viernes”, agrega Leticia Pautasio, de Telesemana. “Hay que ver cuál será el papel que en esa operación tendría China Telecom; no sólo puede convertirse en el cuarto operador de Brasil, sino a cambiar la dinámica del mercado. China Telecom estuvo interesada en México, pero la relación de México con Estados Unidos es muy importante para los mexicanos… Brasil, en cambio, viene de una crisis, está buscando inversiones; las mejores oportunidades y Oi es buen candidato que no pocos la tendrán en la mira”.
Medio: El Economista
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