Al menos 65 trabajadores de medios de comunicación fueron asesinados deliberadamente y 54 secuestrados: Reporteros sin Fronteras hace un balance.

“A donde sea que mires, hay ladrones por todas partes. La situación es desconsoladora”, fue el titular del último artículo de Daphne Caruana Galizia. Poco después fue asesinada por un coche bomba. En su blog, la periodista maltesa había denunciado la corrupción del régimen, el soborno, el comercio ilegal y los negocios financieros offshore en su país de origen. Entre otras cosas, la periodista de 53 años había informado sobre la implicación de personas de confianza de Joseph Muscat, el primer ministro maltés, y las acusó de operar empresas fantasma. Caruana había recibido repetidas veces amenazas de muerte en las últimas dos semanas antes de ser asesinada. El 16 de octubre, poco después de salir de su apartamento, una bomba destrozó su Peugeot 108 alquilado.

Según la organización no gubernamental Reporteros sin Fronteras (RSF), el caso de Caruana Galizia es uno de los 39 casos en los que representantes de medios de comunicación fueron asesinados deliberadamente este año por su trabajo. En cada uno de estos casos, el objetivo de los autores era silenciar a sus víctimas. Otros 26 periodistas fueron víctimas accidentales de ataques aéreos, bombardeos o ataques suicidas. Algunos murieron por circunstancias misteriosas, como la periodista sueca Kim Wall. Para obtener un retrato de Peter Madsen, la joven de 30 años subió al submarino casero del inventor danés en agosto, y desapareció. En los días y semanas siguientes se encontraron partes de su cuerpo descuartizado. Madsen está acusado de abusar de Wall y matarla.

El número más bajo de periodistas muertos en 14 años

A pesar de estos asesinatos, Reporteros sin Fronteras llega a una conclusión bastante positiva para 2017, porque, a diferencia del año anterior, el número de profesionales de los medios de comunicación asesinados ha disminuido en un 18 por ciento. 2017 es incluso el año con el menor número de periodistas muertos en 14 años. Sin embargo, esto no significa que el mundo se haya vuelto más pacífico.

Según RSF, el declive se debe principalmente al hecho de que muchos periodistas han abandonado países como Irak, Yemen y Siria porque su trabajo se ha vuelto demasiado peligroso frente a las guerras que se libran allí. Casi igual de peligrosa es la situación para los periodistas en México, de acuerdo con la ONG. Si bien no se puede hablar de un conflicto armado en el país azotado por los cárteles de la droga, los periodistas críticos son sistemáticamente amenazados y abatidos a sangre fría. Once de ellos murieron en 2017. Hasta el día de hoy, nadie ha sido llamado a responder por la mayoría de los asesinatos.

China: prisioneros en espera de la muerte

En China, la libertad de expresión sigue estando bajo fuego. “Hoy día, ya no condena a sus críticos a la pena de muerte, sino que espera deliberadamente hasta que su estado de salud en la cárcel se deteriore cada vez más y mueran”, dice RSF. La organización cita como ejemplos al ganador del Premio Nobel de la Paz Liu Xiaobo y al bloguero Yang Tongyan. A ambos les fue diagnosticado cáncer terminal tras muchos años en prisión, y murieron poco después de ser trasladados al hospital.

Actualmente, 52 representantes de medios de comunicación están tras las rejas por su trabajo en China – en ningún otro país hay más periodistas y blogueros encarcelados. Hasta finales de 2017, se han registrado 326 casos a nivel mundial, algo menos que hace un año. Sin embargo, casi la mitad de ellos está encarcelada en cinco países: China, Siria, Vietnam, Irán y Turquía.

El caso Deniz Yücel: un rehén en una disputa diplomática

En Turquía, especialmente el fallido golpe de Estado en julio de 2016 ha obligado a los periodistas a ser muy cuidadosos en su trabajo. En virtud del estado de emergencia impuesto, basta con criticar al gobierno o utilizar un servicio de mensajería cifrado para ser acusado de terrorismo. 43 periodistas se encuentran actualmente en prisión. Algunos han estado esperando un veredicto desde hace 18 meses.

En el caso del periodista turco-alemán Deniz Yücel, encarcelado en Turquía desde febrero, ni siquiera hay acusaciones en su contra hasta el día de hoy. Yücel es acusado de “propaganda terrorista” e “incitación al odio”. Según RSF, Yücel es en realidad un rehén en la disputa diplomática entre Ankara y Berlín y debería servir de ejemplo disuasorio para otros periodistas.

Siria: el país secuestrador número uno

En cambio, en los países vecinos de Turquía, Siria e Irak, el mayor peligro para los periodistas es que sean secuestrados. Según Reporteros sin Fronteras, hay 54 comunicadores secuestrados en todo el mundo. 40 se dice que están bajo el control del llamado Estado Islámico (EI) u otros grupos extremistas. Para ellos, tales secuestros son un negocio rentable. Usan el dinero del rescate para financiar sus guerras.

Los negocios con rehenes extranjeros del sector de medios de comunicación son particularmente lucrativos en todo el mundo. Su número ha aumentado un 14 por ciento en comparación con el año anterior. Tres de los siete extranjeros secuestrados en Siria han sido retenidos por sus secuestradores durante más de cinco años. Entre ellos el británico John Cantlie, quien ha aparecido reiteradamente como “reportero” en videos propagandísticos de la milicia yihadista Estado Islámico.

Pero incluso los periodistas locales no son inmunes al secuestro. Debido a que los secuestradores en muchos casos imponen un verdadero bloqueo informativo, es difícil determinar el número exacto de casos. El secuestro del fotógrafo iraquí Kamaran Nadschm, por ejemplo, se hizo público más de tres años después. No ha sido liberado hasta el día de hoy.

 

Fuente: DW

http://www.dw.com/es/libertad-de-expresi%C3%B3n-2017-menos-asesinatos-m%C3%A1s-secuestros/a-41852536