Medio: Gizmodo
Reportero: Carlos Zahumenszky
¿Otra vez la neutralidad de la red? ¿Eso no se había resuelto hace tres años? Ojalá. La guerra por la neutralidad de la red llegó a una especie de tregua durante la administración Obama, pero el nuevo gobierno republicano de Trump se prepara para un segundo asalto. Esto es lo que necesitas saber.
¿Qué es la neutralidad de la red?
La Neutralidad de la red no es una ley o una norma impuesta desde algún organismo estadounidense. Tan solo es un principio teórico de funcionamiento. Es una buena práctica, si lo prefieres. En virtud de ese principio, ninguna compañía que ofrezca conexión a Internet puede bloquear o priorizar el acceso a los contenidos por razones económicas.
¿En qué se diferencia priorizar el tráfico de un servicio de pago?
Probablemente estés pensando que eso de priorizar el tráfico ya existe ¿no? Internet está lleno de servicios premium que ofrecen música sin publicidad (Spotify Premium), cine y series en tarifa plana (Netflix) o acceso prioritario con mayor ancho de banda a servicios de almacenamiento online (Mega).
La diferencia está en que esos servicios ofrecen acceso prioritario al contenido de sus propios servidores, que para eso son suyos. En otras palabras, una vez los paquetes de datos salen de sus servidores y circulan por Internet hasta llegar a tu casa nada, salvo los problemas técnicos propios de cualquier conexión, se interpone en su camino.
¿Esto no es igual que la censura o los bloqueos regionales?
De nuevo, quizá estés pensando que ya hay muchos países en los que los gobiernos o las empresas prohiben el acceso a determinados contenidos. Es cierto, pero no tiene que ver con la neutralidad de la red. Un ejemplo de ello es la web Dolar Today, a la que es imposible acceder desde Venezuela porque ofrece información sobre tipos de cambio no oficiales que no gusta al gobierno del país. La palabra que define esto es censura.
Lo mismo ocurre cuando un vídeo concreto no se puede reproducir desde tu país porque una compañía de cine o una discográfica no ha llegado a acuerdos de distribución para ese contenido en esa región. La diferencia está en que el bloqueo a ese contenido se hace a petición de su legítimo propietario. La operadora de telefonía no decide sobre ello.
¿Cómo sería Internet sin el principio de neutralidad?
Si el principio de neutralidad desapareciera, los operadores de telefonía tendrían total libertad para regular el tráfico en virtud de sus intereses o de los acuerdos que lleguen con otras compañías. Huelga decir que a las empresas que te proveen de conexión les encantaría que esto fuera así, porque les haría ganar mucho dinero.
Un ejemplo muy cercano de esto lo tuvimos hace meses entre Netflix y Telefónica. Cuando Netflix llegó a España, los usuarios del popular servicio de streaming que tenían su conexión con Movistar comenzaron a quejarse de que Netflix les iba muy lento. Las métricas de Netflix confirmaban el bajón de velocidad para su servicio, y no falta quien sospecha que Movistar alteró el tráfico a propósito porque Netflix es competencia directa con sus propios servicios de vídeo.
Desde Movistar, por supuesto, negaron estar alterando el tráfico. Después de que responsables de Netflix y de Movistar se reunieran, la incidencia quedó resuelta. No vamos a entrar a valorar si Movistar realmente hizo trampas y trató de perjudicar a su competencia, pero es el ejemplo perfecto de lo que ocurriría en un mundo sin neutralidad de la red.
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