Medio: El Boletín

La televisión de pago se ha convertido en la gran apuesta de los operadores de telecomunicaciones para fidelizar a sus clientes en un nuevo panorama en el que los servicios de voz tienen cada vez menos tirón. El auge de los paquetes convergentes y el ‘boom’ de las series han modificado las preferencias de los consumidores, que ahora sitúan la oferta de contenidos en el centro de su elección.

Un buen ejemplo del interés de las ‘telecos’ por el vídeo es el de AT&T. El gigante estadounidense se hizo hace un par de años con el servicio de televisión DirecTV y está en proceso de adquisición del estudio Time Warner, por el que desembolsará unos 173.000 millones de euros. Verizon, uno de sus rivales más potentes, ya ha recogido el guante y ha dicho que está dispuesto a negociar con Disney o Comcast.

En España, los contenidos son también el nuevo campo de batalla de los principales operadores. La mayor ficha la movió Movistar, con la compra de la plataforma Canal+, consciente de la importancia que los usuarios empezaban a otorgar al vídeo.

La creciente relevancia de los contenidos audiovisuales en nuestro país queda reflejada en el crecimiento continuo de los usuarios de televisión de pago en los tres últimos años. Según la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), a cierre de septiembre de 2016 más de seis millones de hogares tenían contratados estos servicios. Antes de 2014, la cifra no llegaba a los cuatro millones de abonados.

Otro apunte que deja patente el impulso del vídeo es el giro que se ha producido en el tipo de paquetes convergentes demandados por los consumidores. Cuando comenzaron a empaquetarse los servicios de telecomunicaciones, las ofertas que incluían vídeo suponían apenas el 10% del total, sin embargo, ahora alcanzan prácticamente la mitad.

Con ello, la televisión de pago alcanzó el año pasado una cuota de consumo superior al 20%. Movistar es la líder indiscutible del sector, con 4,2 millones de abonados, y ha lanzado una fuerte apuesta por la producción propia para seguir a la cabeza ante el aumento del número de jugadores en el mercado y el empuje de las plataformas de ‘streaming’
internacionales.

El operador invertirá 70 millones de euros anuales en la producción de series originales con altos estándares de calidad que traspasarán nuestras fronteras. Prevé lanzar cuatro series en 2017, para las que ha contado con algunos de los directores más aclamados del cine español actual, como Alberto Rodríguez o Enrique Urbizu, mientras que para 2018 quiere poner en marcha otras diez producciones.

Ya ha firmado acuerdos con Sky Vision en Reino Unido, Beta Film en Alemania y About Premium Content en Francia para algunas de las ambiciosas series que se estrenarán este año: ‘La Peste’, un thriller que contará con una inversión de diez millones; ‘La Zona’, sobre la investigación un desastre nuclear; y ‘Gigantes’, un drama familiar en un entorno mafioso.

Pero más allá del auge de las series, el verdadero enfrentamiento de las ‘telecos’ se encuentra en las emisiones deportivas, un contenido irrenunciable si se quiere enganchar a los consumidores. La Fórmula 1, el motociclismo o la NBA están ahora en manos de Movistar, no obstante los más disputado son los derechos del deporte rey, el fútbol.

No es para menos: cerca de 3 millones de espectadores sintonizaron Movistar + Partidazo para ver el último enfrentamiento entre el Real Madrid y el Barcelona. Un contenido de pago fue lo más visto del día, algo insólito en nuestro país.

Además de la oferta de contenidos originales y exclusivos y de la reducción de los precios a los usuarios, el crecimiento de las plataformas de pago se explica por el cambio de hábitos en el consumo
televisivo: los espectadores quieren libertad horaria y de acceso para disfrutar de los contenidos, poder ver una película o el nuevo capítulo de su serie favorita cuándo y dónde deseen. Por este motivo, las ‘telecos’ facilitan la televisión ‘a la carta’ y el despliegue de infraestructuras en el hogar capaces de gestionar las necesidades de banda ancha.

Todas estas estas cifras de la evolución de la televisión de pago se traducen en mayores ingresos para el negocio: los datos del supervisor de Competencia señalan que la facturación alcanzó los 686,2 millones de euros en el primer semestre de 2016, un 33,2% más que un año antes.

Atendiendo a estos números, los analistas consideran la televisión un factor clave para el futuro financiero de las compañías de telecomunicaciones, que sufren el descenso de la demanda de servicios de voz o la competencia de los gigantes de Silicon Valley. En este sentido, los expertos auguran que Telefónica encabezará la rentabilidad del sector gracias a su gran apuesta por el vídeo, que le permitiría convertirse en la ‘teleco’ europea que mayor porcentaje de beneficio consiga por cada euro de ingresos que perciba este ejercicio. Un liderazgo que reforzará en 2018.

En concreto, el consenso de analistas estiman que el margen de beneficio bruto de explotación sobre los ingresos obtenidos por Telefónica a lo largo de este año alcanzará al 32,03%. Se trata del porcentaje más alto del sector en el Viejo Continente, además de suponer el regreso de la compañía española a cotas de rentabilidad de negocio que no se veían desde 2013. Para 2018, el pronóstico de los expertos sobre el margen bruto de Telefónica se eleva al 32,61%.

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