Reino Unido tomará como vía la ruta regulatoria para brindar Internet de banda ancha de alta velocidad al 98 por ciento de los habitantes.
Después de meses de discusión sobre la neutralidad de red, un fenómeno que podría cambiar para siempre la forma en que utilizamos Internet, el pasado 14 de diciembre, la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC), junto con su nuevo presidente, Ajit Pai, puso fin a la era de la neutralidad de la red en Estados Unidos.
Dicho concepto fue acordado durante el gobierno de Barack Obama para garantizar un acceso a Internet por igual para todos en la red, sin la oportunidad de que los proveedores del servicio pudieran manipular la velocidad de ciertas páginas o incluso limitar el acceso a las páginas web y que así pudieran sacar provecho de sus propios servicios.
No obstante, compañías de telefonía de renombre a nivel internacional como Verizon, Comcast y AT&T se manifestaron contra ese fenómeno con la premisa de que las reglas limitaban la innovación y la inversión. Por ende, con el fin de la neutralidad de la red, los proveedores de Internet ya cuentan con la posibilidad de bloquear sitios web con el objetivo de priorizar sus productos, manipulando la velocidad de navegación, de acuerdo a lo que consideren las compañías consideren pertinente.
Mientras que la realidad de Estados Unidos se encuentra inmersa en los objetivos y ambiciones de las empresas tecnológicas para manipular la red, Reino Unido anunció que los ciudadanos deberán recibir al menos 10 Mbps de conexión por parte de sus proveedores de Internet en lo que ahora se considera como obligación de servicio universal.
No obstante, esta legislación podría aprobarse a principios de 2018, pero tomaría dos años en introducir formalmente las velocidades mínimas esperadas previamente establecidas. En un inicio, los funcionarios de gobierno en Reino Unido pensaron que sería mejor idea adoptar la oferta voluntaria en la que se pensaba gastar hasta 600 millones de libras, brindando acceso a 1.4 millones de habitantes rurales a velocidades de al menos 10 Mbps.
No obstante, Reino Unido decidió inclinarse mejor por la ruta regulatoria con el argumento de que ésta proporcionará la certeza necesaria para garantizar el acceso de banda ancha de alta velocidad para toda la nación en el año 2020.
¿Qué implicará la ruta regulatoria?
De acuerdo con Karen Bradley, Secretaria de Cultura, esta nueva propuesta beneficiará a negocios y hogares con una conexión rápida y confiable; lo que podría ayudar económicamente al crecimiento de Reino Unido.
A su vez, de acuerdo con el portal de tecnología, Engadget, las conexiones de línea fija de banda ancha super rápida actualmente cubren aproximadamente el 95 por ciento de los hogares y empresas de Reino Unido, pero para el año 2020 se prevé que el 98 por ciento de la población esté cubierta.
Medio: Uno Cero